martes, 28 de octubre de 2008

Adoquines del Pilar

No me va especialmente el dulce, los caramelos, pasteles, tartas y esas cosas, debe ser porque, como dice un colega de sí mismo, soy algo secote XDD Esto tampoco quiere decir que sea un soso, porque el chocolate, los bombones, las tortas de miel o de almendra y demás alimentos contundentes me vician.

El caso es que el otro día me dieron unos caramelos de esos que aquí llamamos adoquines del Pilar.



Como se puede ver los hay de varios tamaños, tienen forma de adoquín y algunos son realmente grandes y hay que partirlos para poder comerlos.

El que me dieron era de los pequeños pero aun así tiene un tamaño respetable. Los caramelos son buenos y como son gordicos te pegas un buen rato chuparreteándolo.

El caso es que hacía años que no probaba esos caramelos y me dí la sorpresa de que en su envoltorio, por dentro, llevan escritas unas rimas y estribillos de jotas dedicadas a la Virgen del Pilar o también jotas de picadillo.

Hay algunos textos que están bien, son típicos y tópicos y es lo que va con el producto pero hay algunos que no tienen desperdicio y forman parte de la España antigua y profunda de hace unos años. La verdad es que podían actualizarse un poco porque los caramelos en sí mismos están de puta madre. Sobre todo, y esto es publicidad, los de Buenola.

Os copio alguno de esos textos.

"Aunque me veas con otras
no tengas celos de mí,
todas me parecen feas
cuando me acuerdo de tí"

"Cuando oyes cantar la Jota
y estás lejos de Aragón
es un dardo que penetra
dulcemente en el corazón"

"Cuando te ronde esta noche
échame una clavelina,
pero procura que sea
sin maceta, prenda mía"

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hummm, no sé, no me gusta mucho el dulce, sólo el chocolate y alguna cosa más, así que creo que no me gustaría. Eso sí, a mi familia sí le gusta y si dices que están buenos, la próxima vez que vaya por ahí no pensaré que es un mal regalo. XD

Las rimas la verdad es que son graciosas, pero creo que me gustan más las letras de algunas joticas vuestras.

Anónimo dijo...

Hace poco, el chofer maño que nos trae la plataforma de Barcelona nos obsequió con una cajita de los pequeños (monodosis, vamos). Hacía muchísimo que no los probaba, y ahí estuve una horita con el adoquín dando vueltas por mi enorme boquita (cuando bostezo, me comparan con la entrada del metro...).



Y los textos, algunos son impagables...