El blog de Emilio, o alcorze en los territorios de internet. Un lugar donde contar mis cosas y hablar de libros, ciencia ficción, Stephen King, Zaragoza, Aragón, la música, el amor, la amistad, la vida, la muerte y todo lo que vaya surgiendo.
viernes, 3 de abril de 2009
Los viejos cines del centro
Ayer vi esta foto en el Heraldo sobre el viejo cine Mola, en el Paseo de Sagasta de Zaragoza, justo enfrente del Corte Inglés, cerrado y abandonado desde hace años que ha visto convertida su entrada en un parking para motos.
La mayor parte de los cines a los que iba de niño, tantos los del centro y, por supuesto, los de los barrios, están cerrados y abandonados o en su lugar se abren galerías comerciales, gimnasios con spa y masaje o tiendas de Mango o Zara.
Es una pena que aquellos viejos cines, bonitos y majestuosos muchos de ellos, en los que quedabas con tus amigos para ver una película y luego echar una partida en los futbolines, o dar un paseo simplemente, hayan caído en el olvido más absoluto y hayan sido sustituidos por cines totalmente impersonales. Salas pequeñas y feas en centros comerciales situados en el extrarradio o a varios kilómetros de la ciudad.
Recuerdo con especial cariño el cine Fleta, el más grande de España, del que hoy sólo queda el esqueleto y permanece abandonado y cubierto de hierbajos y basura y, por supuesto, el más bonito de todos; el Coliseo Equitativa.
El cine Coliseo tenía un pequeño pasaje que iba desde el Paseo de la Independencia a la calle Zurita. Ese pasaje estaba adornado con murales pintados a mano con rostros de estrellas de cine y, solamente el atravesarlo, era algo mágico para mí. La sala era otra obra de arte ya que estaba toda forrada en madera y parecía la quilla de un barco invertida y vista desde dentro.
Tal vez pueda parecer un post un poco nostálgico pero es más una queja hacia una forma de vida que no me gusta y no me acaba de convencer.
Por cierto que buscando imágenes del Coliseo Equitativa he encontrado una web donde se pueden ver algunos de los murales que había. Fueron rescatados antes del derribo y recuperados y ahora figuran en la decoración del hotel Plaza de Zaragoza.
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3 comentarios:
Como bien apuntas, es la tendencia que tiene este mundo. La sociedad se vuelve impersonal (lo que puede no estar del todo mal, dado el alto nivel de gentuza que pulula por ahí), y lo queramos o no, nos acaba afectando.
Cada vez entiendo más a los ancianos que sueltan el clásico "pues en nuestros tiempos"...
Acá es lo mismo.
Veo mi viejo teatro Imperio como una feria de artesanias. O el cine Valparaíso como una multitienda. O el teatro Velarde como teatro municipal.
Pero el pero de todo es lo que era el Metro, porque ahora es un cine Hoytts.
"Si por allá llueve, por acá no escampa"
Nada más triste que ver uno de los teatros donde vi muchas películas cuando era adolescente, convertido en una iglesia cristiana... Y así parecido ha sucedido con todos, que han sucumbido a un monopolio capitalista donde presentan las mismas cuatro películas taquilleras de pacotilla. Al menos en mi ciudad aún hay cineclubes, qué seríamos sin ellos?. Muy lindas las fotos que acompañan tu historia. =) saludito.
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