lunes, 14 de noviembre de 2011

Viejos amigos

qué majos los abuelicos, tomando la fresca

Hoy, como tenía que hacer un pequeño recado, he almorzado solo. Me he ido al bar del Mercado Azoque, un típico bar de los de dentro de un mercado, en el que hacen algunos de los mejores bocadillos de Zaragoza. Cada bocadillo, por cierto, tiene su nombre propio particular y específico.

El caso es que mientras me tomaba un baturro (un bocadillo de tamaño medio con longaniza frita, pimiento verde y huevo frito), tenía en la mesa de al lado a cuatro jubilados.

Los cuatro habían almorzado ya y se estaban tomando el cortado y un chupito de wisky cada uno. Como podéis ver los clientes de este bar nos sabemos cuidar ;)

En ese momento estaba tranquilo el local y podía escuchar perfectamente la conversación de los cuatro amigos. Hablaban de sus tiempos mozos, de las juergas que se habían corrido, de un amigo suyo que había fallecido hacía poco y de sus trabajos y la vida en general. No os penséis que he estado poniendo la oreja, ya que les oía perfectamente porque no hablaban bajo precisamente XD

Me ha gustado, y me ha dado buen rollo, el ver la complicidad y buen humor con el que charlaban. Sus chanzas y piques, y el ver cómo se pueden mantener las amistades. durante toda una vida y, pese a la edad u otros males, seguir manteniendo la ilusión por algo tan sencillo como almorzar con tus amigos.

¡¡¡Feliz lunes!!!

15 comentarios:

✿ Belle ✿ dijo...

Que bonito lo que cuentas ^^ es bonito ver amistades que perduran, y pensar que en nada estaremos igual de vejetes aisss! a ver si me pego yo tb un par de chupitos a su edad :P

Juan dijo...

Todavía no he comido, y no veas lo que he babeado al leer de qué está compuesto esos bocadillos llamados baturros. Uffffff....

alcorze dijo...

jejeje, por si acaso Belle, tampoco está mal echárselos ahora de vez encuando ;D

Juan, yo tampoco he comido. Ese bocata me lo he arreado a las diez de la mañana, al almuerzo ;)

♥ Ana ♥ dijo...

Son casi las 3 de la tarde y sin comer, la verdad es que me he quedado en "un bocadillo de tamaño medio con longaniza frita, pimiento verde y huevo frito" y ya no he podido leer más... qué haaaaaaaaaaaaambre!!!

Besos

sonia dijo...

Esa conversación debía estar mejor que la que he escuchado yo en el bar de camioneros de todas las mañanas, que tengo al grupo de debate político al lado y hoy tocaba la sanidad pública. Maaaaadre qué semana me espera, menos mal que el 21N yo estoy de vacaciones y no les tengo que escuchar debatiendo los resultados de las elecciones xD. Eso sí, me he echado unas risas con mi compañera que no veas.

Que pases buena semana!

Anónimo dijo...

Que bonito el valor que nos dejas en esta vivencia, los amigos que pase el tiempo que pase siguen ahí y siguen sabiendo de que hablar... es simplemente precioso, disfrutar de algo tan sencillo como una comida o un café con los amigos de toda la vida...

Precioso alcorze. Nos leemos

Un fuerte abrazo y Feliz Lunes

alcorze dijo...

jejeje, Ana, es que a esas horas se está mejor con algo en el cuerpo. Los bocatas de ese garito están muy bien.

sonia, no te cuento lo que dicen algunos de mi curro, los del pelotón de fusilamiento, porque asusta. Bien se vale que a partir de ahora todo va a ser maravilloso como una nana cantada por las gemelas Alfredica y Mariana XD

Minuet, esa es una de las cosas importantes que hay que conservar. Un beso!!!

CreatiBea dijo...

Yo como Sonia, por lo menos no hablaban de política...

Bonita esa complicidad entre amigos a cualquier edad ;)

La chica de las flores. dijo...

Es que los abuelos en Aragón tienen un encanto...

Cuando salimos por ahí (de pueblos) siempre cogemos capazo con la gente mayor porque a mi marido le encaaaanta que le cuenten cosas del pueblo y de dónde araban y de dónde viene sus familias.. bueno ya sabes!

Besos!!

Meg dijo...

Ese tipo de escenas me parecen entrañables, ¿sabes? tengo un grupo de amigas, nos conocimos cuando teniamos entre 8-10 años, a día de hoy tenemos contacto, hemos seguido poco a poco nuestra evolución...quedamos una vez por semana, los jueves, pero como no siempre toda spodemos, quedamos una vez al mes, sin maridos ni parejas, viernes noche, para ponernos al día, hace poco comentábamos si seguiremos asi de mayores, nos imáginábamos a nosotras mismas dentro de 30 años quedando para tomar café y ponernos al día, como hemos venido haciendo hasta ahora.

Un besote!!

Saramaga dijo...

Me ha gustado la entrada, optimista, para empezar la semana :-) La ilusión por los pequeños placeres que la vida nos ofrece nunca puede perderse...
Un besito!

Maria dijo...

Una charradica de vez en cuando en una mesa de bar con unos amigos ... debería de recetarlo el médico de cabecera, para cualquier edad.

Bueno, sin exagerar tanto, creo que es algo que te pone de buen humor, te hace sentir bien y supongo que, de rebote, sobre todo en el caso de esos abueletes que cuentas, tiene efectos beneficiosos para la salud. Si no, dime tú, con lo que se estaban tomando, a cuántos de ellos les dio una subida de tensión o algo parecido ;)

Un abrazo

seeyouinthenextlife dijo...

Eso si que es una amistad como la copa de un pino, no hay nada más bonito que envejecer con la gente que más quieres.

alcorze dijo...

Nunca hay que perder la complicidad, Bea, y no hablar de política ayuda a ello ;)

Cierto, chica de las flores, los abuel@s guardan dentro de sí muchas cosas por descubrir

Meg, es bueno no perder el contacto. Yo lo intento, pero no es fácil. Aún así, algún jueves y un par de comidas o cenas al año no fallan. Aunque es muy difícil con diferentes horarios y niños ponerse de acuerdo.

Saramaga, la ilusión es lo último que hay que perder ;)

María, y tanto que esa es una buena medicina a recetar. En cuanto a esos cuatro eran "de buena raza" porque si me arreo yo eso a esas horas salgo doblado ;D

Cierto, see, un abrazo!!!

Angelillo dijo...

Eso es vida, estar jubilado con los amigos todos reunidos y disfrutando de esos momentos.
Estoy también de acuerdo, mejor que hablen de anécdotas que de política. Mañana según Mariana ataremos a los perros con longanizas y según Alfreda el mundo se vendrá abajo, pero la verdad es que todo seguirá igual, el mismo perro con distinto collar.