Libros leídos 2012 - 60 - El abuelo que saltó por la ventana y se largó - Jonas Jonassson

- Libros 1 al 10
- Libros 11 al 20
- Libros 21 al 30
- Libros 31 al 40
- Libros 41 al 50
- 51 - Y pese a todo - Juan De Dios Garduño
- 52 - Tres vidas chinas - Dai Sijie
- 53 - Insólito Esplendor (El resplandor) - Stephen King
- 54 - Antes de la prehistoria - Gilles Thomas
- 55 - Feed - Mira Grant
- 56 - Hacia la luz (Universo 2033) - Andrej Djakow
- 57 - La hora del mar - Carlos Sisí
- 58 - De ratones y hombres - John Steinbeck
- 59 - Zoombi - Alberto Bermúdez Ortiz
- 60 - El abuelo que saltó por la ventana y se largó - Jonas Jonassson

En este caso comienzo con la dedicatoria del lbro, Me ha parecido muy bonita tanto por lo que dice y por cómo lo dice, y creo que resume perfectamente el espíritu de esta novela:

"Nadie era capaz de hechizar a su público como el abuelo, sentado allí, en el banco de madera, inclinado ligeramente sobre su bastón y mascando rapé.
—Pero ¿es eso cierto, abuelo? —preguntábamos pasmados sus nietos.
—Quienes sólo saben contar la verdad no merecen ser escuchados —contestaba el abuelo.
Este libro es para él.
Jonas Jonasson"

El protagonista de "El abuelo que saltó por la ventana y se largó" es Allan Karlsson. Un anciano que el día de su centésimo cumpleaños decide, sin decírselo a nadie, fugarse de la residencia de ancianos en la que vive. Tras fugarse robará la maleta que un joven rubio, muy maleducado, le deja en custodia y huye en autobús.

Al llegar a una vieja estación conoce a Julius Jonsson, otro abuelo bastante particular. El joven rubio, miembro de una organización criminal, tras secuestrar otro autobús, le perseguirá por robar la maleta. Tras reducir y encerrar al joven en una cámara frigorífica descubren que en la maleta hay cincuenta millones de coronas suecas en metálico.

La noticia de su fuga salta a los medios de comunicación como curiosidad, en un viral en toda la regla. La policía, por su parte, inicia importantes pesquisas para localizarlo. Allan empezará un periplo por Suecia en el que irá conociendo a los más variados y pintorescos personajes.

Suecia, un bonito pais en el que hay vida más allá de Ikea

La narración alterna momentos de la fuga de Allan, junto con amigos que irá haciendo por el camino, con otros momentos del pasado de Allan. A través de la vida de Allan, y remontándonos hasta la época de la Revolución rusa y la Primera Guerra Mundial, daremos un pequeño repaso a la historia del mundo en el siglo XX. Todo ello bajo un tono irónico y muy directo.

Una vida la de Allan muy interesante, en la que, a lo largo de sus cien años, fué propietario de una empresa que fabricaba dinamita, soldado republicano en la Guerra Civil española, conoció al Presidente Truman, Stalin y a Franco entre otros líderes mundiales de la época. También fué paciente, durante varios años, de un centro psiquiátrico en el que fué esterilizado, por ser considerado como persona inestable y subversiva por parte del Gobierno sueco o condenado a trabajos forzados en Wladivostok.

En resumen se trata de una divertida e imaginativa comedia de aventuras y situación, que aunque algo exagerada está repleta de buenos momentos. Es una novela que me ha gustado bastante pese a que, en algunos momentos, se me ha atascaco un poco.

el comunismo o la política, una cosa que a Allan nunca le interesó

Estos son algunos fragmentos de la novela que me han llamado la atención:

"Este último estaba preguntándose por qué había robado aquella maleta gris con ruedas. ¿Tal vez porque había tenido ocasión de hacerlo? ¿Porque supropietario era un patán? ¿O porque quizá contuviera unos zapatos, una muda e incluso un sombrero? ¿O porque no tenía nada que perder? Lo cierto es que Allan no sabía cómo explicarlo. Cuando la vida hace horas extras es fácil tomarse libertades, pensó, y se acomodó en el asiento."

"Ya de niño, Allan había aprendido a desconfiar de quienes no se tomaban una copa si se les brindaba la ocasión. No tenía más de seis años cuando su padre posó la mano sobre su pequeño hombro y lo instruyó:
—Debes andarte con cuidado con los clérigos, hijo mío, y con la gente que no bebe aguardiente. Y recuerda, los peores son los clérigos que no beben aguardiente.
Por otro lado, al parecer el padre de Allan no estaba del todo sobrio cuando le atizó a aquel inocente pasajero, ganándose así un despido fulminante de los ferrocarriles del Estado. Eso, a su vez, había dado lugar a que la madre de Allan le brindara unas sabias palabras:
—Ándate con cuidado con los borrachos, Allan. Yo misma debería haberlo hecho.
El chico se hizo mayor y sumó sus propias enseñanzas a las recibidas de sus padres. Allan metía a clérigos y políticos en un mismo saco y le daba igual que fueran comunistas, fascistas o capitalistas. En cambio, estaba de acuerdo con su padre en que la gente honrada no bebe zumo de fruta. Y coincidía con su madre en que había que comportarse, aun estando un poco achispado."

Eleanor Roosevelt y Song Meiling, algunas de las personas reales con las que Allan trató en su vida

"Allan elogió a Herbert por su notable desempeño. Herbert se sonrojó por el elogio, al tiempo que le quitaba importancia diciendo que no es tan difícil hacerse el tonto cuando realmente lo eres. Allan admitió que no sabía cuán difícil o fácil era, porque los tontos que había conocido hasta entonces siempre habían intentado pasar por lo contrario."