martes, 25 de febrero de 2014

No sin mi teléfono


Observo sorprendido la alharaca que se produjo por la caída de whatsapp el pasado fin de semana. Cómo por una caída de cuatro horas se revolucionaron las redes, y telegram, su rival, creció en un par de millones de usuarios.

Yo pasé el fin de semana en un pueblo de 200 habitantes en el que, con mi compañia, no tengo ni cobertura ni la echo en falta.

Tuve ordenador, video, CD o teléfono móvil desde prácticamente los primeros momentos en que salieron, así que no soy sospechoso de no ser proclive a los avances tecnológicos. Lo que sí pienso es que hay mucha gente que, hoy por hoy, son tecnológicamente dependientes y no saben estar sin usar su móvil a todas horas.

¿me habré perdido...? voy a geoposicionarme por si acaso

Veo muchos días  a una chica que va andando con su bebé en el carrito,  y lo lleva con una mano mientras que con la otra está con el teléfono tecleando. No sé, al final parece que olvidamos a las personas de carne y hueso que tenemos cerca por relacionarnos, en exceso, con aquellos que nos son menos cercanos. Por no hablar de que al final vamos a ser incapaces de hacer cualquier cosa sin una aplicación.

Lo dicho, tal vez me esté haciendo viejo y no me entere. Pero de momento, y hasta dentro de unos días, he vivido sin problemas sin un smartphone. Por ejemplo he viajado y he usado planos de papel...  ¡y llegaba a los sitios a los que quería ir!  o compraba billetes de tren y reservaba hoteles sin problemas, y sabía esperar diez minutos al autobús pensando en mis cosas o viendo a la gente pasar sin tener que tener el cuello hacia abajo mirando una pantalla. Vamos, que sin negar sus evidentes ventajas, tampoco quiero perder de vista los posibles defectos que pueda llegar a tener.

 
Aclaración:

Alharaca es la palabra de la semana del blog vinividivinvi. Una oportunidad de usar palabras menos conocidas dándoles sentido en un post.

11 comentarios:

CreatiBea dijo...

Oh! Qué bien usada!!! porque menuda se montó con la caída de whatsapp...
Aunque yo casi ni me enteré.
Igual si llega a ser entre semana también me subo por las paredes, pero en sábado, no me importó demasiado.

Bueno, aunque yo sufro más cuando no puedo utilizar datos (en general). Yo estoy bastante enganchada, y aparte de vicios instagrameros, por ejemplo, también necesito estar conectada por trabajo.

Gracias por usar la palabra!!!

Saludines!

alcorze dijo...

Yo para el trabajo no lo utilizo, pero porque tengo mi equipo en mi oficina, si no, evidentemente, también lo habría notado y le daría mucho más uso. Es una incógnita para mí qué haré ahora cuando me lo ponga ne unos días.
A ver si puedo seguir siempre tus palabras semanales.
¡Un saludo!

Dr. Gonzo dijo...

Yo lo tengo muy claro en lo que se refiere a este tema: la gente está zumbada, y hasta límites preocupantes.
La tecnología y el avance están muy bien, pero si se les da el uso que se les está dando, no me importa decir que preferiría vivir en un mundo sin telefonía móvil, porque para lo que está sirviendo...
Sí, los hay que les dan un uso correcto y moderado, pero tristemente son una minoría. La mayoría están zombies, y le dan más preferencia al móvil que a la persona que tienen a 5 centímetros, con la que posiblemente ya se les haya olvidado cómo conversar. Eso, para mí, es un atraso total, y lo repito: ojalá volviesen esos móviles ladrillo que sólo servían para enviar sms, llamar y recibir llamadas. Recuerdo que en aquella época no había que hacer tiempos de espera con la persona con la que hablabas para que, en mitad de una conversación, mirase el dichoso teléfono. No había interrupciones, y si le sonaba era porque lo estaban llamando. Hoy en día, el teléfono suena cada 10 segundos, y siempre por chorradas o por alguna foto estúpida que le han mandado. Todo eso estaría muy bien si la otra persona supiese esperar, pero NO, se tiene la mala costumbre de no saber desconectar. De mirar el teléfono sí o sí cada vez que suena, aunque estés en mitad de una conversación, y eso, al menos a mí, me cansa y me aburre.

Y yo tampoco estoy en contra del progreso, pero es que ver a una pareja sentada en una cafetería SIN MIRARSE ni hablar porque cada uno está pendiente del aparatito, o ver grupos de amigos por la calle, cada uno dándole al teclado a su bola, como si estuviesen solos, no me parece ni de lejos un progreso, sino todo lo contrario.

Y bueno, la caída del whatsapp del otro día y el ataque de histeria absurda que provocó no hace más que demostrar mi teoría de que la peña está idiotizada.

Por mi parte, ni tengo whatsapp ni lo necesito. Cuando tengo que hablar con alguien quedo con él o lo llamo por teléfono, porque total, para los escasos minutos que hablo por el móvil al mes, y los menos de 10 sms que envío AL AÑO, ya me diréis para qué quiero whatsapp, con la puñetera pereza que me da escribir con el móvil.

Prefiero seguir usando los sms y que cuando envíe uno sea para algo importante y útil, no para perder el tiempo, que es lo que ocurre con los whatsapp, que de cada 10, 9 son gilipolleces.

David Gómez Hidalgo dijo...

Se nos está escapando de las manos en todos los sentidos dándole menos valor a cosas que antes lo tenía y que ahora no lo tienen.

La comunicación por wpp está bien por el ahorro que tiene, pero no el volverse loco enviando mensaje constantemente por el hecho de ser gratis.
Odio los grupos e intento no estar en ninguno a no ser que sea muy necesario.

Xula dijo...

Yo es que debo ser un bicho raro que solo mando mensajes por wassap cuando tengo algo que decir. Asi que el sabado yo estaba con mi pareja, no tenia nada que decirle a nadie excepto en persona... total, que me enteré de la caida a las 2 de la madrugada porque me dio por abrir el Facebook. Luego llego al trabajo el lunes y te enteras de unos dramas... La gente esta loca, vamos.

Saramaga dijo...

Jajaja! Eso decía yo antes de tener smartphone [desde donde te leo y escribo en este momento]. Mira, es como todo. Hay q saber usarlo. Para mí es muy.útil. La caida de wassap me pillo cenando con amigos...
Besos

Unknown dijo...

¡Qué voy a decir yo con lo desconectada que he estado de todo! Ni me enteré. La que estaba preocupadísima era mi madre (70 años) que no podía comunicarse con el mundo. Jajaja!!! ¡Qué paradoja!
Tengo que decir que yo le he ensañado todo lo que sabe de las nuevas tecnologías y ahora le tendré que pagar el psicoanalista para que controle la dependencia. ;P

✿ Belle ✿ dijo...

jajaja muy cierto tu post, yo lo observo en el bus, todos solos concentrados en su movil, aunque por otro lado tambien hay otras personas sin movil que van haciendo amistades con los otros usuarios del bus... y al fin y al cabo no hay whatsapp que signifique más que una mirada, una sonrisa, un abrazo, de los que tenemos más a mano. Tiene su parte útil pero el movil creo que se usa en exceso y nos tiene a todos (o casi todos) agilip*llados :P

alcorze dijo...

Supongo que lo difícil de estas cosas, como en otras, es saber automarcarnos cual es la línea que separa el uso del abuso. Igual dentro de unos días estoy abducido por el wasap y jugando al Farm Heroes Saga en el móvil ;)

Meg dijo...

Buena palabra :-) Yo no me enteré de la caía, curiosamente estaba en el ordenador y entonces lo vi por lo que se formó en las redes, pero lo supe casi al final. Un besote!

Gabriel Bornes dijo...

Estoy de acuerdo. Creo que las nuevas tecnologías se hicieron para que las personas se comunicaran más entre sí, pero parece que es lo que menos hacen.

Saludos.

http://www.youtube.com/watch?v=_u3BRY2RF5I