
Cuando uno ve películas como Ciudad de vida y muerte entiende que al cine se le llame el séptimo arte.
Esta película china dirigida por Lu Chuan es una de las mejores películas que he visto nunca. Se trata de una cinta rodada en blanco y negro en la que vamos a conocer los sucesos acaecidos durante la invasión japonesa de China en el año 1937.
Los japoneses llegaron a la ciudad de Nanking y, una vez allí, asesinaron y violaron de todas las formsa imaginables, a cada cual más brutal, a 300.000 personas.

A través del escritor japonés Haruki Murakami sabía de la existencia de estos hechos ya que en sus novelas ha nombrado esta guerra chino-japonesa, que al igual que sucedió con la Guerra Civil española, fué previa a la Segunda Guerra Mundial.
No sé hablar de cine ya que sé qué cosas me gustan y cuales no pero mis conocimientos no son los suficientes como para expresar todo lo que me gustaría.
Ciudad de vida y muerte, la mire desde el punto de vista que la mire, es una obra de arte. La historia es desgarradora, cruel y brutal pero no por ello está exenta de belleza. Técnicamente es una pelíucla que me ha dejado sin palabras. Tanto la fotografía, como los planos y secuencias, o los escasos diálogos y ausencia de personajes principales, así como la ambientación y la música forman un conjunto que, hasta en los peores momentos que nos cuentan, no deja de ser, en cierto modo, poético.

Pese al metraje de la película, algo más de dos horas se me ha pasado volando. Aun con toda la carga de violencia y crueldad que tiene el film, como no podía ser de otra manera con los hechos que narra, los personajes son retratados de una forma totalmente natural. Son seres humanos con todos sus miedos, defectos y contradicciones.
Me quedo con una frase que resume, en parte, el espíritu de la película:
"a veces morir es más fácil que vivir"
