- Libros 11 al 20
- Libros 21 al 30
- Libros 31 al 40
- 41 - El eterno olvido - Enrique Osuna
- 42 - Los caminantes Hades Nebula - Carlos Sisí
- 43 - Diario de una invasión zombie - J.L.Bourne
- 44 - Dificultades con los líquenes - John Wyndham
- 45 - Hacia rutas salvajes - Jon Krakauer
- 46 - The Walking Dead El Gobernador - Robert Kirkman y Jay Bonansinga
- 47 - Henders - Warren Fahy
- 48 - Ataudes de acero - Herbert. A. Werner
Recuerdo una mañana de sábado cuando yo tenía unos trece o catorce años. Fuimos mi madre, mi hermano y yo (siempre íbamos juntos a todas partes) a El Corte Inglés. En uno de esos cajones con montones de libros que ponen de oferta a la venta, había una colección de libros bélicos. De entre el montón de títulos que había mi madre sólo me pudo comprar cuatro. Leí una y otra vez aquellos cuatro autobiográficos relatos sobre la Segunda Guerra Mundial. Estaban escritos con un lenguaje ágil, directo, con unas espectaculares portadas que despertaban la imaginación, y no eran demasiado largos. Me los leía casi de tirón una y otra vez fantaseando con las batellas que allí se contaban.
De hecho, a día de hoy, conservo esos cuatro libros bastante desvencijados pese a lo cuidadoso que he sido siempre.
Aquellos libros pertenecían a la colección Libros de Guerra de Javier Vergara Editores. Fueron editados en Argentina y aquí no llegaron muchos y ahora son casi imposibles de conseguir o se encuentran a muy alto precio.
Este es la descripción de la colección:
LOS LIBROS DE GUERRA DE JAVIER VERGARA
Esta es una colección de libros sobre un mundo en llamas. Estos títulos, cuidadosamente seleccionados, cubren en su totalidad el dramático alcance de la Segunda Guerra Mundial. Muchos son testimonios vividos por los hombres que lucharon en este conflicto global donde el futuro del mundo civilizado pendía de un hilo. Pilotos de guerra, comandantes de tanques y de infantería entre otros, relatan actos de valentía individual en medio de los horrores inconmensurables de la guerra. Ellos presentan retratos de hombres valerosos y relatos verídicos de heroísmo y también de cobardía en acción, emocionante sagas de supervivencia y tragedias de muertes prematuras. Algunas de las historias están contadas desde el punto de vista de los aliados, otras, de sus enemigos, alemanes y japoneses. De este modo, el lector podrá seguir paso a paso y muy de cerca, la increíble lucha de vida y muerte de ambos contendientes de esta guerra. A través de estos libros empezaremos a descubrir lo que era estar allí, ser partícipe en la epopeya del siglo XX.
Todos los libros estaban bastante bien escritos y eran autobiográficos, es decir no eran novelas, sino la narración de veteranos de diferentes armas y paises de las miserias de la guerra y, también, de los buenos momentos que pasaron.
El libro que reseño no lo había leído y, al encontrarlo en ebook, me decidí a hacerlo ya que me hacía mucha ilusión el retomar aquellas lecturas. El paso del tiempo les ha sentado estupendamente a estos libros y he de decir que la lectura de Ataudes de Acero no me ha defraudado en absoluto.
Herbert A. Werner fue uno de los pocos comandantes de submarino alemán que consiguió sobrevivir a la guerra. Hay que tener en cuenta el elevadísimo porcentaje de bajas entrelas tropas destinadas a los sumergibles, que fué del 85%, de ahí el título del libro. Estas son sus memorias de guerra. Nos narra su experiencia desde que salió de la Academia naval, al principio de la guerra, hasta su final seis años después y su paso posterior por los campos de prisioneros franceses.
Siempre me han gustado las historias de submarinos ya que, por la peligrosidad de su misión, no admiten medias tintas. Se trata de hundir o ser hundido.. El autor sabe narrar de forma amena y emocionante esos contínuos juegos del gato y el ratón que se producían entre los barcos y los submarinos.
Herbert A. Werner
Tanto cuando describe las victorias, como cuando lo hace con las derrotas el lenguaje y estilo que Werner utiliza es ameno, didáctico y alejado de artificios o dramatismos. El relato es, no obstante, largo, ya que Werner fué uno de los marinos alemanes que participó en más misiones y eso hace que nos narre multitud de acontecimientos. He de advertir que puede resultar algo pesado en algún momento, ya que la vida en un submarino es tediosa y requiere de mucha paciencia. Asi que el lector que espere mucha acción no la va a encontrar.
El hecho de que las tripulaciones de submarinos, por el altísimo número de bajas, tuvieran asumido que lo más probable era que no volvieran vivos, dota al relato, y a la actitud del protagonista, de un distanciamiento hacia los acontecimientos que resulta un tanto chocante. Werner, al igual que sus colegas, se centra en cumplir su misión y en intentar salvar a sus hombres, el resto es circunstancial. Esos sentimientos más profundos los guarda para los permisos o cuando recuerda, con temor, a su familia, en las destrozadas y bombardeadas ciudades de Alemania.
El autor dice en su prólogo: “Si he tenido éxito en brindar al lector la antigua lección que cada generación parece olvidar – que la guerra es mala, que asesina a los hombres – entonces considero que esa ha sido mi obra mas constructiva.”
En resumen se trata de un buen relato, que a mí me ha gustado especialmente, y que a todos los amantes de esa parte de la historia no defraudará.
9 comentarios:
Y no le conocía yo? Gran entrada, lo tengo que investigar.
Besos
No vendrá mucho a cuento pero me has recordado esos comics de Hazañas Bélicas. ¡Qué tiempos!
Por mi parte seguiré leyendo a los zombies, que casi he terminado el segundo libro.
Este lo leí hace mucho tiempo. Me gustó porque era autobiográfico y por lo realista de su narración. Buen libro para los que gustan de esos temas.
Tengo uno por ahí, llamado "Samurai", del as de la aviación japonesa Saburo Sakai que es más o menos parecido, pero obviamente cambiando submarinos por aviones ;) Seguro que ese también te gusta.
Lo encontré por "ahí", no es difícil.
Eran unos libros muy interesantes, mientrasleo.
Jop, pues son casi, casi de la misma época. Si a esto le unimos los sobres donde salían soldados ya ni te cuento XD
Juan, ya sabía yo que éste lo conocerías. Ya he localizado el de samurai. Ya te contaré qué tal. Un abrazo!!!
Una gran lección la frase que citas del prólogo.
Un abrazo
wou se ve interesante ^^, me encanto la entrada tiene muy buen gusto.
Por cierto estas totalmente invitado a mi blog :)
Te deseo feliz semana
Cierto, María, es una gran lección. Por cierto, veo que has cambiado de avatar. No conocía el cuadro ni a Zinaida Serebriakova, pero he visot el nombre al poner el cursor, ya que me ha parecido muy bonito y lo poco que he visto en google me ha encantado. Tiene unos cuadros preciosos.
Muchas gracias, Dark, me paso por tu blog. Un saludo!
No conocía yo a este pollo; habrá que echarle un vistazo.
A mí me gustó mucho Sven Hassel y su batallón de condenados, contado desde la perspectiva de soldados nazis que eran utilizados como carne de cañón por sus propios compañeros. Te lo recomiendo, sin duda.
Sir, de Sven Hassell tengo todos sus libros y también me los leí un porrón de veces, aunque esos algo más mayor.
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