qué majos los abuelicos, tomando la fresca
Hoy, como tenía que hacer un pequeño recado, he almorzado solo. Me he ido al bar del Mercado Azoque, un típico bar de los de dentro de un mercado, en el que hacen algunos de los mejores bocadillos de Zaragoza. Cada bocadillo, por cierto, tiene su nombre propio particular y específico.
El caso es que mientras me tomaba un baturro (un bocadillo de tamaño medio con longaniza frita, pimiento verde y huevo frito), tenía en la mesa de al lado a cuatro jubilados.
Los cuatro habían almorzado ya y se estaban tomando el cortado y un chupito de wisky cada uno. Como podéis ver los clientes de este bar nos sabemos cuidar ;)
En ese momento estaba tranquilo el local y podía escuchar perfectamente la conversación de los cuatro amigos. Hablaban de sus tiempos mozos, de las juergas que se habían corrido, de un amigo suyo que había fallecido hacía poco y de sus trabajos y la vida en general. No os penséis que he estado poniendo la oreja, ya que les oía perfectamente porque no hablaban bajo precisamente XD
Me ha gustado, y me ha dado buen rollo, el ver la complicidad y buen humor con el que charlaban. Sus chanzas y piques, y el ver cómo se pueden mantener las amistades. durante toda una vida y, pese a la edad u otros males, seguir manteniendo la ilusión por algo tan sencillo como almorzar con tus amigos.
¡¡¡Feliz lunes!!!