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22 de noviembre de 1963, el día que asesinaron, o no, a Kennedy
En mi entrada anterior hablada de las casualidades, cosas del ka, que diría Stephen King. Sucesos aparentemente sin importancia, pero que pasan por alguna razón en concreto. Como, tal vez, el que el vigesimosegundo libro que leo este año empiece por 22 ;)
22/11/63 es la novela que estaba esperando de King desde hace años. Ya lo comentaba en la reseña de
Duma Key, Stephen King es un gran escritor, de los mejores. Sus novelas están orientadas hacia el género fantástico y el terror, pero es un autor capaz de escribir una novela de narrativa con mayúsculas. Como ésta.
En esta novela vamos a viajar al pasado con Jake Epping (George Amberson) a través de un portal en el espacio/tiempo que conecta 1958 con 2011. Se puede estar en el pasado tanto tiempo como se desee, ya que, en el presente sólo habrán transcurrido dos minutos, aunque para la persona que viaje habrá transcurrido tanto tiempo como el que haya estado en el pasado.
Jake, a través de su amigo Al, decide ir al pasado para tratar de evitar el asesinato en Dallas de Kennedy. Los cinco años que Jake tendrá que pasar en aquella época, que King detalla a la perfección, conforman una novela magnífica, una preciosa historia de amor, un retrato de los Estados Unidos de los primeros sesenta, y un ejercicio de buena escritura por parte del Tío Stevie.
allí dentro hay un sótano desde el que viajar al pasado
A través de los distintos dilemas que va a vivir Jake, King nos irá desgranando párrafos y frases fantásticas como: "El pasado es obstinado" o "Soy una de esas personas que no sabe realmente lo que piensa hasta que lo escribe"
La novela, por otro lado, está repleta de pequeñas referencias a otras obras de King com It, o La Torre Oscura. Pequeños detalles que el Lector Constante agradece. Como el que aparezca un coche Takuro Spirit, o Bill el Tartaja. De hecho yo creo que es una buena explicación para todo lo que sucedió en La Torre Oscura, con multiples mundos con sutiles diferencias entre ellos. Diferentes hilos de realidad.
De hecho el tintineo que menciona Jake que oye a veces, cuando interviene en el pasado (lo que sin duda crea consecuencias en el futuro) es similar a las campanas de exotránsito, por no hablar de las raeduras, que también son identificables en el relato.
Me estoy despistando en la reseña ya que, al haberlo leído en papel, no he tomado casi ninguna nota. En cualquier caso no es necesario, es una novela magnífica, larga (tiene más de ochocientas cincuenta páginas), pero que te atrapa desde el primer momento y se lee en un suspiro.
Si alguien no ha leído nunca a Stephen King, porque le echaba para atrás la temática de sus novelas, este es el libro adecuado para leerlo por primera vez. No defraudará a nadie.